NOS VAMOS AL ABISMO

Por Marcelo Peralta
Una vez y otra vez muchos jueces se quitan el disfraz de aplicar justicia para favorecer por dinero a narcotraficantes.En esta ocasión no fue ni por dinero ni a narcotraficantes.
Se trata de policías abusadores que amparados por el poder que poseen maltratan a la población humilde y trabajadora.
Las decisiones de algunos magistrados demuestran como si vivieramos en una caverna o bajo dictadura patriarcal.Lo que anhelamos es vivir en una mejor y efectiva democracia donde impere, prevalezca la verdad y se respeten los derechos individuales y humanos.
Pero, algunos magistrados como es el caso de Instrucción de la provincia Valverde, Lucía del Carmen Rodríguez Peralta, que dispuso la libertad a un Policía y un civil que maltrataron al estudiante de la carrera de Medicina, Luis Miguel Taveras Gómez en pleno recinto de la Dirección Regional Noroeste, evidencia que no se quiere avanzar.
El agente y el civil implicados en la acción criminal son José Ramón Madera Bernard y Luis Genao Sosa debieron permanecer en la cárcel por más tiempo para que saboreen que se siente dentro del recinto.
Ella, Rodríguez Peralta en su condición de Jueza tiene la palabra decisiva, pero así con liberaciones de ese tipo se ve que retrocede como ocurría en los oprobiosos años del sátrapa Rabel Leonidas Trujillo Molina, que a pesar de los crímenes nada le llamaba a la atención, por considerarse dueño y señor del trono.
No ha de sorprender el nivel espiritual de la magistrada Rodríguez Peralta que a pesar de la rebelión de la población y de los trabajadores de la prensa en repudio a ese hecho parece que ni se inmuta.
Ese agente y el civil actuaron con odio y lo evidencia la forma salvaje con que actuaron.Como dos fieras de la selva.Ojalá que no vuelva a repetirse otro caso como este porque volverá de nuevo la magistrado Rodríguez Peralta con el mismo capítulo.
Esa decisión ha sido penosa, lamentable, muy triste, reprochable y que ojalá mañana a ella no le toque o a un familiar a fin de que no pruebe el sabor y la frustracción que da al ser humano víctima de este tipo de masacre.
Rodríguez Peralta como magistrado ha lanzado a las calles a dos criminales, dos asesinos sin alma que maltratan a la población y el agente que ensucia el uniforme de la institución para el cual labora.
Que recuerde la magistrada Lucía del Carmen Rodríguez Peralta y el agente de la Policía que de los bolsillos del pueblo es que sale el dinero para pagarle los sueldos que ellos devengan.Hoy fue a mi, mañana a tí.
Es como decía el expresidente Joaquín Balaguer, metió los dos pies en un solo zapato.O se hizo pupo fuera del cajón. La puesta en libertad de esos dos asesinos y criminales le da ahora más poder para hacer esas y otras cosas peores.
Ojalá que la magistrado Lucía del Carmen Rodríguez Peralta mañana no le toque a usted o a un familiar muy cercano.Ocurre, ahora, y para colmo, que su decisión se convierte en una vergüenza y un atropello para el pueblo.
Y tal parece que esa magistrado no tener dolientes y que se halla ido en contra del pueblo que es que le paga su lujoso sueldo.Tal parece que esa dama no tiene esposo.Familiares, hijos e hijas y mucho menos piedad.La justicia divina caerá sobre tus hombros.
Por sus acciones quedaría elegida para otros casos similares.
La sociedad maeña debe estar consciente quienes son sus autoridades.Debe saber, también, que todo el esfuerzo que hace para erradicar el salvajismo policial y rescatar el respeto ciudadano ha sido causa perdida, y que con funcionarios judiciales como Rodríguez Peralta la inseguridad ciudadana cabalgará en el caballo negro montado por una jueza y sin pueblo.
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