MADRE DE MENOR ASESINADA HACE MAS DE 20 AñOS DICE QUE SU DOLOR NO SE PUEDE DESCRIBIR
“Que la justicia se encargue de él, que él se muera no va a devolver a mi hija, que el juez decida cuál va a ser su sentencia” dice Castillo.
QUEENS, NEW YORK . — “No le puedo describir mi dolor, esa clase de dolor no se puede describir”, dijo Margarita Castillo, acerca del caso de “Bebé Esperanza” —su hija Anjélica— cuyo cadáver fue encontrado hace 22 años dentro de una hielera tirada cerca a una carretera de Manhattan.
“Que la justicia se encargue de él, que él se muera no va a devolver a mi hija, que el juez decida cuál va a ser su sentencia”, agregó la mujer entre lágrimas cuando se le preguntó qué esperaba para el acusado de haber violado y asesinado a la pequeña. “No quiero sentir odio en mi corazón”.
Al preguntarle por qué no reportó la desaparición de Anjélica, Castillo respondió: “En ese tiempo no sabía nada”. Y en torno a los comentarios de la gente acerca de su prolongado silencio, señaló: “Hay personas que nos quieren y otras no, sólo dicen cosas malas para perjudicarnos, aunque aquí entre vecinos nos cuidamos y nos apoyamos”.
“Yo creo que la gente no debería juzgar, porque uno no sabe la situación en que las cosas pasaron”.
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