lunes, 6 de septiembre de 2010

EVITEMOS QUE TAMBORIL SE CONVIERTA EN UN CEMENTERIO

Evitemos que la parte de este hermoso municipio, se convierta en el tema principal de los productores de radio y televisión que de manera extraña o sospechosa defienden a capa y espada la permanencia en ese lugar de este importante, pero peligroso negocio.


POR RAMON MARTINEZ
rmhalcon3@hotmail.com


NUEVA YORK.- No hay espacio para estériles controversias, el municipio de Tamboril tiene que estar exonerado, protegido, y alejado de una posible gran tragedia. Punto.

Aquí no debe haber otra oportunidad para que ocurra una explosión similar a la ocurrida semanas atrás en la planta de gas, que estaba en la comunidad de El Jobo.

Aunque se quiera decir otra postura, el pedido de traslado de esta moderna envasadora, que está en la parte baja de Tamboril, especificamente entre la Zona Rebelde y el Manguito, más que justo, es necesario, debido a que en ese trayecto conviven cientos de humildes familias y, tambien operan centros de educación y decenas de negocios que sirven de sustento a incontables personas.

Nadie, absolutamente nadie, debe estar en contra de la libre empresa, menos contra los propietarios de este gran negocio, que quizás son buenas, honestas y trabajadoras personas.

Sin embargo, la paz, y la sobrevivencia de un pueblo está por encima de las conductas o poder económico de una determinada persona, sector o familia.

Lo que ahora debe haber en Tamboril es una postura, quizás firme para que no haya espacio para las las posibles críticas, los lamentos, el llanto, la muerte, el luto y el terror psicológico, en caso de que explote estan gran empresa de gas.

Cierto, que para trasladar esta empresa -que sí la memoria no falla, fue autorizada e impuesta a principios de la década del 1990, por la pintoresca ex gobernadora Rosa Fadul de Villaman, y el caradura de la Defensa Civil Eugenio Cabral,- se necesita la inversión de mucho, muchísimo dinero, talvez el que no produce toda la población tamborileña cada semana.

No obstante a eso, para los que valoramos estar en el mundo de los vivos, no hay nada con más valor que la vida humana, la que hay que defender sin importar las consecuencias ya que los proyectos y el dinero son recuparables, lo otro no.

Entonces se impone evaluar alternativas que al final permitan el traslado definitivo de la envasadora de gas que está ubicada en la calle Real de Tamboril, justo en el medio de los barrios, La Ermita, la Avenida Presidente Vásquez, Felipe Duran, Manolo Dajer, y Haina, entre otros.

En este caso, todos, pero en especial las autoridades incluyendo las municipales, deben hacer sus aportes ubicando y donando los terrenos donde se habría de colocar la planta que opera en la principal calle que tiene Tamboril.

Evitemos que la parte de este hermoso municipio, se convierta en un cementerio, no formemos parte de las primeras planas de los principales periódicos, o el tema principal de los productores de radio y televisión que de manera extraña o sospechosa defienden a capa y espada la permanencia en ese lugar de este importante, pero peligroso negocio.

Por amor a Tamboril hay que trasladar esa planta de gas.

Actuemos............ antes que fomentar los lamentos.

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