DESDE MI VENTANA OPTICA : LA SEGURIDAD CUIDADANA OTRO ANHELO NO CUMPLIDO
De acuerdo al comunicador, la justicia sólo sirve a los intereses de grupos de poder, al crimen organizado y a los narcotraficantes.POR ALEJANDRO ALMANZAR
alexalma0915@gmail.com
NUEVA YORK.- El gobierno ha seguido dando palos a la siega en torno a la seguridad ciudadana. Desde la implementación del Código Procesal Penal, la criminalidad y la delincuencia se han adueñado de la tranquilidad y la paz social del pueblo, donde los moradores lucen impotentes frente a ademanes de los antisociales.
Para enfrentar los delitos, se inventaron el programa “Barrios Seguros” y en esos barrios hay de todo, menos seguridad. En el pasado, sus calles en horas nocturnas se tornaban peligrosas, pero en la actualidad, las familias viven en un eterno peligro a cualquier hora del día o de la noche hasta en sus propias casas.
Los altos niveles de violencia están obligando a la gente a recogerse temprano en sus hogares, privando al ciudadano del derecho a divertirse, por el temor de que de repente aparezca un asesino en serie y dispare a mansalva, como sucedió recientemente en un empobrecido sector de la capital dominicana.
Aunque Satanás como las demás personificaciones son creaciones humanas, pero si su existencia fuera real, podríamos afirmar que tomó a la República Dominicana como destino, para someter a la intimidación a los ciudadanos.
La seguridad ciudadana sigue siendo de suma preocupación para la población, pues a diario se producen baños de sangre que hacen estremecer la conciencia del dominicano que siempre ha aspirado a vivir en paz y armonía familiar.
Desde hace mucho venimos abogando porque las armas de fuego sean sacadas del poder de los civiles, pero esa es otra voz que clamó en el desierto. Las autoridades de forma irresponsable mantienen las calles llenas de armas de todo tipo y calibres en poder de civiles, como si el Estado hubiese renunciado al rol que le asigna la Constitución dominicana, de proteger vidas y propiedades.
El último de esos episodios dantescos lo protagonizó un joven que al decir de la policía, tiene un larguísimo historial delictivo, pero nadie sabe explicar cómo estaba en las calles, para que fuera a una actividad que se celebraba en la Zurza y disparara inmisericordemente contra una multitud que disfrutaba de un espectáculo.
El resultado, tres jóvenes muertos y siete heridos, eso envía un mensaje espeluznante a la sociedad, de que no tiene derecho al esparcimiento sano. Cuando la policía y el Ministerio Público allanaron su residencia, encontraron un arsenal de armas, incluyendo un fusil de largo alcance, pero nadie puede explicar tampoco cómo las mismas llegaron a su poder.
Todavía el país no se repone de la muerte en un supuesto “atraco” de un oficial de policía, en los Alcarrizos, cuando otro cayó abatido a tiros en Villa Mella, a mano de delincuentes que parecen ser los dueños de la ley en el país, pues inexplicablemente los dominicanos han quedado a merced de estos desalmados.
La justicia no representa a la sociedad sana, sólo sirve a los intereses de grupos de poder, al crimen organizado y narcotraficantes. Un sistema donde cualquier pobre se pudre en la cárcel por robarse un pollo, pero los citados más arriba no hay forma de que vayan a las cárceles, por mas execrables que sean sus actos y así tendremos cada día menos seguridad ciudadana en la tierra de Duarte.
El autor es comunicador, reside en NY.
Los altos niveles de violencia están obligando a la gente a recogerse temprano en sus hogares, privando al ciudadano del derecho a divertirse, por el temor de que de repente aparezca un asesino en serie y dispare a mansalva, como sucedió recientemente en un empobrecido sector de la capital dominicana.
Aunque Satanás como las demás personificaciones son creaciones humanas, pero si su existencia fuera real, podríamos afirmar que tomó a la República Dominicana como destino, para someter a la intimidación a los ciudadanos.
La seguridad ciudadana sigue siendo de suma preocupación para la población, pues a diario se producen baños de sangre que hacen estremecer la conciencia del dominicano que siempre ha aspirado a vivir en paz y armonía familiar.
Desde hace mucho venimos abogando porque las armas de fuego sean sacadas del poder de los civiles, pero esa es otra voz que clamó en el desierto. Las autoridades de forma irresponsable mantienen las calles llenas de armas de todo tipo y calibres en poder de civiles, como si el Estado hubiese renunciado al rol que le asigna la Constitución dominicana, de proteger vidas y propiedades.
El último de esos episodios dantescos lo protagonizó un joven que al decir de la policía, tiene un larguísimo historial delictivo, pero nadie sabe explicar cómo estaba en las calles, para que fuera a una actividad que se celebraba en la Zurza y disparara inmisericordemente contra una multitud que disfrutaba de un espectáculo.
El resultado, tres jóvenes muertos y siete heridos, eso envía un mensaje espeluznante a la sociedad, de que no tiene derecho al esparcimiento sano. Cuando la policía y el Ministerio Público allanaron su residencia, encontraron un arsenal de armas, incluyendo un fusil de largo alcance, pero nadie puede explicar tampoco cómo las mismas llegaron a su poder.
Todavía el país no se repone de la muerte en un supuesto “atraco” de un oficial de policía, en los Alcarrizos, cuando otro cayó abatido a tiros en Villa Mella, a mano de delincuentes que parecen ser los dueños de la ley en el país, pues inexplicablemente los dominicanos han quedado a merced de estos desalmados.
La justicia no representa a la sociedad sana, sólo sirve a los intereses de grupos de poder, al crimen organizado y narcotraficantes. Un sistema donde cualquier pobre se pudre en la cárcel por robarse un pollo, pero los citados más arriba no hay forma de que vayan a las cárceles, por mas execrables que sean sus actos y así tendremos cada día menos seguridad ciudadana en la tierra de Duarte.
El autor es comunicador, reside en NY.
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