DESDE MI VENTANA OPTICA :: LA CRUZADA DE JORDI VERAS
Dos años y seis días se cumple hoy, cuando desde las tinieblas, salieron los disparos ordenados por Adriano Román, para segar la vida del joven abogado y comunicador, que su único delito, fue apostar a la ética y a su convicción de ejercer el Derecho con decoro.
Por Alejandro Almánzar
NUEVA YORK.- Como si la tragedia del 2 de Junio, de 2010, que estremeció a esta familia no fuera suficiente, a más de dos años, el doctor, Negro Veras y su hijo, libran una verdadera cruzada, para impedir que el principal responsable de tan execrable acto, logre burlar la justicia.
Dos años y seis días se cumple hoy, cuando desde las tinieblas, salieron los disparos ordenados por Adriano Román, para segar la vida del joven abogado y comunicador, que su único delito, fue apostar a la ética y a su convicción de ejercer el Derecho con decoro.
Pero no sólo viven marcados por esa tentativa criminal, si no, que ahora les asalta el temor, de que su caso esté siendo empujado a un limbo jurídico, del cual se encarguen la impunidad y las componendas.
De acuerdo a lo denunciado, el poder económico del principal inculpado se está moviendo para sacar el caso de su jurisdicción, y ponerlo en mano de la venalidad judicial, y así evitar un juicio en el que prevalezca la justicia.
El país reclama no sólo la condena moral de la sociedad santiaguera, por este abominable hecho, si no, que caiga sobre ellos, una sanción acorde con su vileza. La complejidad de un caso judicial, no puede ser motivo para la impunidad. Lo anti valor no puede ni debe imponerse por encima de la dignidad.
Reconocemos el derecho de abogados, a recurrir al tecnicismo penal para dilatar procesos, pero de ahí a que esto sirva como base para diluir la gravedad de un hecho tan repudiable, eso es inamisible e inaceptable.
Esa condición, mega garantista del Código Procesal Penal, no puede, ni debe ser puesta al servicio de criminales, en perjuicio de víctimas. No sabemos, cuántos Jordi Veras tendrán que sobrevivir a tan nefasta experiencia, para que República Dominicana fortalezca el sistema judicial.
Necesitamos leyes y sentencias, ajustadas a las nuevas modalidades del crimen organizado. Cadena Perpetua, Pena de Muerte y Acumulación de Penas, para que estos desalmados lo piensen mejor antes de infringir la ley.
Adriano Román desde la cárcel, no ordenaría fríamente el asesinato del abogado que lo hizo pagar por el crimen contra su ex esposa, Miguelina Llaverías, si supiera que tal acción lo llevaría a pasar el resto de sus días tras las rejas.
Consciente de la debilidad judicial, se vale del poder para obstruir la justicia, lo que en países civilizados, conllevaría una sentencia extra a sus actos cometidos, es lo que hace respetable a una nación, cuando los individuos temen y respetan las leyes.
La cruzada de Negro Veras y familia llegara a feliz término, cuando la justicia se ponga del lado de la verdad, sin negarle el derecho al inculpado, pero sin permitir que mediante chicanas judiciales, la sociedad quede peor herida que Jordi Veras, cuando balas disparadas por la vileza y la alevosía, impactaron su rostro.
Por Alejandro Almánzar
NUEVA YORK.- Como si la tragedia del 2 de Junio, de 2010, que estremeció a esta familia no fuera suficiente, a más de dos años, el doctor, Negro Veras y su hijo, libran una verdadera cruzada, para impedir que el principal responsable de tan execrable acto, logre burlar la justicia.
Dos años y seis días se cumple hoy, cuando desde las tinieblas, salieron los disparos ordenados por Adriano Román, para segar la vida del joven abogado y comunicador, que su único delito, fue apostar a la ética y a su convicción de ejercer el Derecho con decoro.
Pero no sólo viven marcados por esa tentativa criminal, si no, que ahora les asalta el temor, de que su caso esté siendo empujado a un limbo jurídico, del cual se encarguen la impunidad y las componendas.
De acuerdo a lo denunciado, el poder económico del principal inculpado se está moviendo para sacar el caso de su jurisdicción, y ponerlo en mano de la venalidad judicial, y así evitar un juicio en el que prevalezca la justicia.
El país reclama no sólo la condena moral de la sociedad santiaguera, por este abominable hecho, si no, que caiga sobre ellos, una sanción acorde con su vileza. La complejidad de un caso judicial, no puede ser motivo para la impunidad. Lo anti valor no puede ni debe imponerse por encima de la dignidad.
Reconocemos el derecho de abogados, a recurrir al tecnicismo penal para dilatar procesos, pero de ahí a que esto sirva como base para diluir la gravedad de un hecho tan repudiable, eso es inamisible e inaceptable.
Esa condición, mega garantista del Código Procesal Penal, no puede, ni debe ser puesta al servicio de criminales, en perjuicio de víctimas. No sabemos, cuántos Jordi Veras tendrán que sobrevivir a tan nefasta experiencia, para que República Dominicana fortalezca el sistema judicial.
Necesitamos leyes y sentencias, ajustadas a las nuevas modalidades del crimen organizado. Cadena Perpetua, Pena de Muerte y Acumulación de Penas, para que estos desalmados lo piensen mejor antes de infringir la ley.
Adriano Román desde la cárcel, no ordenaría fríamente el asesinato del abogado que lo hizo pagar por el crimen contra su ex esposa, Miguelina Llaverías, si supiera que tal acción lo llevaría a pasar el resto de sus días tras las rejas.
Consciente de la debilidad judicial, se vale del poder para obstruir la justicia, lo que en países civilizados, conllevaría una sentencia extra a sus actos cometidos, es lo que hace respetable a una nación, cuando los individuos temen y respetan las leyes.
La cruzada de Negro Veras y familia llegara a feliz término, cuando la justicia se ponga del lado de la verdad, sin negarle el derecho al inculpado, pero sin permitir que mediante chicanas judiciales, la sociedad quede peor herida que Jordi Veras, cuando balas disparadas por la vileza y la alevosía, impactaron su rostro.
EL AUTOR ES PERIODISTA.
RESIDE EN NUEVA YORK.
0 comentarios:
Publicar un comentario