lunes, 13 de agosto de 2012

DESDE MI VENTANA OPTICA :: LEGISLANDO PARA SUS BENEFICIOS

"Es recurrente la actitud de nuestros legisladores, usar el poder congresual para sus provechos personales, y el país lo ha tolerado, haciendo honor al ver hacer y dejar pasar, no por ignorancia o desconocimiento" dice Almánzar.

Por Alejandro Almánzar

NUEVA YORK.- Los políticos siguen poniendo a prueba, la capacidad de asombro, la cordura, paciencia y coraje del dominicano. Las lecciones de nuestros prohombres, no han sido aprendidas por ellos, olvidando que Caamaño y Manolo, aún viven entre nosotros.

Que el día más claro llueve, y pudieran despertar ahogados en su ambición desmedida. Toda decisión, contraria a la Constitución, carece de legitimidad. La función del Congreso Nacional es legislar en beneficio de la colectividad, no de particulares.

Es recurrente la actitud de nuestros legisladores, usar el poder congresual para sus provechos personales, y el país lo ha tolerado, haciendo honor al ver hacer y dejar pasar, no por ignorancia o desconocimiento.

Es inconcebible, que un Congreso controlado por discípulos de Bosch, se violente la Constitución, para legislar a favor de una minoría, sabiendo que el PLD fue creado bajo el lema de servir al Partido, para servirle al Pueblo, no para servirse del pueblo.

Tomando su alta investidura para perjudicar a los ciudadanos. Por eso, el sistema de partidos está al borde del precipicio, y ellos serán los únicos responsables de su colapso final, pues han tomado la política como empresa lucrativa.

Hace tiempo que el país dejó de dividirse entre corruptos y peledeístas, muchos echaron a rodar la sentencia de su mentor y guía, “en un posible gobierno del PLD, ningún funcionario se hará rico con el dinero del Estado” ¡diantre Magino!, si los viera, no lo creerías.

Mediante una Ley draconiana, tus discípulos buscan llenarse los bolsillos, mientras escuelas y hospitales se caen a pedazos, y los pacientes no encuentran remedios para su dolor. Lo justifican alegando tener compromisos con quienes los llevaron a esa posición, o sea, para alimentar el maldito clientelismo.

En la vida, “nada es verdad, nada es mentira, todo es según, el color del cristal, con que se mira”, según Campoamor. Más de trescientos mil pesos resultan pocos para los diputados, pero los servidores públicos tienen que conformarse con cinco y siete mil.

Es cierto que un obrero no necesita trajes, zapatos caros, tampoco corbatas, pero sí, alimentar una familia, educarla y brindarle salud, y deben hacerlo con ese salario de miseria, que perciben por sus duras jornadas de trabajo.

El panorama más deprimente lo viven bomberos, militares y policías, que si bien es cierto no tienen que andar con la mejor vestimenta, pero tampoco como mendigos, y como magos, se las ingenian para mantener a los suyos, cuidando la vergüenza y el pudor, aunque atormentados por el hambre.

Oficiales y empresarios se hacen ricos con ellos, vendiéndoles ropas y atuendos, por lo que al llegar el día de cobro, muchísimos no reciben su cheque, y los más venturosos a penas reciben la mitad o menos, lo que les convierte en corruptos por necesidad.

Si legislar, para provecho personal, resulta inconstitucional, a una sola voz pidamos, el cierre del Congreso Nacional, o a nuestros héroes veremos, de sus tumbas levantar.

El autor es periodista.
Reside en Nueva York.

0 comentarios:

Publicar un comentario