lunes, 27 de agosto de 2012

DESDE MI VENTANA OPTICA :: UNA REVOLUCION MORAL

"Danilo al igual que el fundador del PLD, está dando pasos firmes para contrarrestar este flagelo criminal, pero su éxito dependerá de cuánto la población se identifique con su posición moralista, de lo contrario, todo quedará con la satisfacción de haberlo intentado, sin nada haberse logrado" entiende Almánzar.


Por Alejandro Almánzar

NUEVA YORK.- Con ansias, el país esperaba que alguien de la política, por lo menos, intentara casarse con la gloria, poniendo fin al despilfarro de los bienes del Estado. Alguien, con suficiente calidad y autoridad moral, para ponerle freno a los corruptos, que han hecho de esta actividad su modo de enriquecimiento.

Conociendo la idiosincrasia nuestra, resulta difícil pensar que la corrupción puede ser enfrentada con éxito, pues de esa perversidad social, se alimentan periodistas, comunicadores, abogados, ingenieros, médicos, militares, policías y ciudadanos comunes, eso mejor que nadie, lo sabe el presidente, Danilo Medina.

Resulta casi una utopía, creer que la propuesta de una Revolución Moral, lanzada por el jefe de Estado, en su discurso de toma de posesión, y en la primera reunión de su gabinete ampliado, no vaya a encontrar el obstáculo de esos corrompidos sectores.

Siempre creímos que esa dificilísima tarea la encausaría un discípulo de Bosch, pero esa esperanza se esfumó en los tres periodos del presidente, Leonel Fernández, matizados por actos de corrupción, sin recibir sanción alguna.

Danilo al igual que el fundador del PLD, está dando pasos firmes para contrarrestar este flagelo criminal, pero su éxito dependerá de cuánto la población se identifique con su posición moralista, de lo contrario, todo quedará con la satisfacción de haberlo intentado, sin nada haberse logrado.

Para llenar su cometido, esta medida debe venir acompañada de una Revolución Social. Es injusto, que un servidor público devengue un salario de miseria, no recibe dietas, ni viáticos, mientras funcionarios elegidos y nombrados, ganan sueldos de lujos, cobran comisiones, dietas, y prebendas, mediante el tráfico de influencia

Con el asesinato de ocho extranjeros en Paya, Baní, el ex presidente, Fernández, prometió poner en marcha una revolución moral, pero parece que esas fuerzas oscuras que se aposentan en la política se lo impidieron, o le faltó fuerza de voluntad para evitar que compañeros y amigos se enriquecieran con el Estado.

Danilo sí, que no está pensando en el precio político que se paga, asumiendo una postura seria sobre la corrupción. Sabe que muchos de los que les acompañaron en la campaña comenzarán a abandonarlo, y al dejar el poder, podría terminar despreciado como los leprosos en la época de Cristo.

Debemos apostar a su buena fe, a su condición de hombre integro, para terminar con las injusticias que el sistema político, en complicidad con grupos empresariales les imponen al país, robándose los recursos del Estado, empobreciendo a la mayoría.

Haciendo causa común con el planteamiento del presidente, acabaremos por siempre con este cáncer asesino. La población decente, esa que sufre en carne propia los embates de la corrupción, debe movilizarse, en apoyo a esta iniciativa moralizadora, pues si en sus intentos fracasa, los únicos perjudicados son los pobres.

La sociedad dominicana estaba ávida de esa Revolución Moral, propuesta por Danilo Medina, para terminar con la pobreza, la injusticia y la desigualdad social.

EL AUTOR ES PERIODISTA
RESIDE EN NUEVA YORK.

0 comentarios:

Publicar un comentario