martes, 28 de mayo de 2013

DESDE MI VENTANA OPTICA :: DEMOCRACIA Y DICTADURA

"La actividad política -en Dominicana- en que se fundamenta la democracia, ha sido convertida en una asociación de malhechores, en la que sólo pueden participar narcotraficantes o quienes han pasado por el poder, acumulando recursos suficientes para comprar conciencia" afirma Almánzar.
POR ALEJANDRO ALMANZAR
NUEVA YORK.- La democracia es el sistema político con el cual el pueblo ejerce su soberanía en la toma de decisiones, y la dictadura, el modelo mediante el cual, el Estado se rige por la voluntad libérrima del dictador.
El pueblo dominicano repudió a los dictadores que hemos tenido desde 1844, siendo el ultimo de esa camada Trujillo, y si la sociedad aún lo recuerda, es porque la Democracia no ha llenado sus cometidos para la gran mayoría.
Desde 1961, los dominicanos vivimos una democracia secuestrada por los peores intereses políticos del país. Las desigualdades y la corrupción siguen matizando la actividad política nacional, llevando mucho malestar social.
La actividad política en que se fundamenta la democracia, ha sido convertida en una asociación de malhechores, en la que sólo pueden participar narcotraficantes o quienes han pasado por el poder, acumulando recursos suficientes para comprar conciencia.
Como diríamos en el argot hípico, el caballo cambió de jinete, pero la Fusta sigue siendo la misma. La democracia trajo consigo la delincuencia, que como la dictadura, nos roba la libertad de transitar libremente e impide vivir en paz.
Por eso, cuando el ciudadano pasa balance entre estos dos sistemas políticos, no encuentra mucha diferencia entre uno y otro. En la dictadura, el dictador se lo roba todo, pero en la democracia, unos cuantos hacen lo mismo.
Terminada la dictadura, luego del fracaso del Concejo de Estado y el Triunvirato, vino un proceso iniciado por Bosch, que fue abortado con el golpe de Estado, en 1963. Fue cuando ocupó el poder el discípulo más aventajado de Trujillo y la dictadura, quien durante doce años mantuvo el poder a sangre y fuego, caracterizados por la corrupción.
Los gobiernos del PRD dieron al país el derecho de hablar y hasta el momento, es lo único que la democracia aporta al país. El PLD, con Leonel Fernández a la cabeza, ha dirigido la nación por 12 años de los últimos 16, y el abuso con los recursos públicos siguió su agitado curso, como decía Rodriguito.
Con el presidente, Danilo Medina, hemos comenzado a ver una pequeña luz al final del túnel. Pero el ambiente democrático ha sido tan contaminado por ese vicio, que dudamos pueda enfrentar con éxito estos males.
Si así lo decidiera, tiene una dura tarea con los Consulados dominicanos en el exterior. La democracia ha servido para que gente sin carrera diplomática ocupen estos cargos, manejando millones de dólares a sus antojos, sin que el Estado nada reciba.
Quizás sería mucho pedirle al jefe de Estado, pero ojala pueda revisar estas legaciones diplomáticas, y echar de sus madrigueras a vividores de la política, que apandillados con corruptos de la prensa dan riendas sueltas a la corrupción.
El presidente debe hacerse acompañar de funcionarios consulares que les imiten en su política de moralidad pública, para que la población sienta que valió la pena cambiar la dictadura por la democracia.
EL AUTOR ES PERIODISTA
RESIDE EN NUEVA YORK

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