DESDE DE MI VENTANA OPTICA ::: ¡MAQUIAVELO EN ESTE TIEMPO!
"Maquiavelo ha sido vilipendiado, de él se ha dicho tantas cosas, que ya nadie sabe si en sus enseñanzas invitaba a los políticos a robarse el poder y los bienes del Estado, mediante prácticas desleales." dice el autor.
POR ALEJANDRO ALMANZAR
NEW YORK.- El Príncipe, obra cumbre de Niccolò Macchiavelli, fue Manual obligado para los políticos desde el siglo XV. Su doctrina fue cátedra obligada para quienes se interesaban en el arte de gobernar, un elemento básico para controlar los Estados.
Aquel que no hubiese leído dicho instructivo, era descartado para ejercer la política y el poder con eficacia. Ignorar esto, sería solemnizar la ignorancia, que dichas materias llenaron sus cometidos en aquellos tiempos, es innegable.
Pero admitir que en pleno siglo XXI siguen teniendo vigencia las recetas del hijo de Bernardo y Bartolommea, es apostar a la retrocesión humana, o sea, quienes siguen viendo el accionar político desde su óptica, viven el sueño de la involución.
Pasan por alto las nuevas corrientes filosóficas e ideológicas que matizan a los animales políticos de Aristóteles hoy. Ignoran, que en el espacio más recóndito de la tierra llega la Internet, y con esta, las llamadas redes sociales.
El mundo superó una época dictatorial en el que muchos convirtieron a la tesis del príncipe, y de seguir teniendo vigencia el maquiavelismo, Fujimori estaría libre en Perú, los Trujillo no serían cuestionados por robarse los bienes del Estado.
Somoza aún gobernaría en Nicaragua, Duvalier gobernara en Haití, Allan García estuviera disfrutando de la impunidad del poder, nadie cuestionaría los gobiernos de Leonel Fernández, pero sobre todo, nunca la Corona española sería sometida a tan serios cuestionamientos por exhibir fortunas que no puede justificar.
Hoy toma fuerza la filosofía de Lula Da Silva, Hugo Rafael Chávez Frías, Daniel Ortega, Barack Obama, Nelson Mandela, Dilma Rousseff, Michelle Bachelet, Rafael Correa, Evo Morales, Danilo Medina, José Mujica y otros.
Un liderazgo emergente, que democráticamente ha asumido la política como instrumento de servir y no para servirse. A Maquiavelo le tocó diseñar un esquema político en la época selvática, cuando los pueblos vivían vendados.
Haciendo mal uso de dicha tesis, fracasaron gobiernos, particularmente en América Latina, pues si bien es cierto que este habla de las técnicas para llegar y mantenerse en el poder, en ningún caso recomienda abusar de éste.
Maquiavelo ha sido vilipendiado, de él se ha dicho tantas cosas, que ya nadie sabe si en sus enseñanzas invitaba a los políticos a robarse el poder y los bienes del Estado, mediante prácticas desleales.
Tampoco dejan espacio para distinguir si el maestro de la diplomacia hacía honor a la perversidad política, cuando en verdad, su recomendación principal es nunca obrar en contra de los pueblos.
Pero a pesar de las interpretaciones retorcidas a sus instrucciones, los pueblos aprendieron a descifrar acciones correctas e incorrectas de los que bajo el predicamento maquiavélico insultaron nuestra inteligencia.
En este tiempo, ni siquiera sus lecturas diplomáticas tienen mucha cabida, por eso, pensar que nuestros políticos pueden seguir aplicando métodos recalcitrantes a nombre del autor de El Príncipe, es un virtual desfase de la realidad que vivimos. La lucha es y será contra la exclusión social.
EL AUTOR ES PERIODISTA.
RESIDE EN NEW YORK.
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