lunes, 16 de septiembre de 2013

DESDE MI VENTANA OPTICA :: LOS FRUTOS DEL CELIBATO

"Este nuncio pervertidor no puede ser juzgado en el país, por su condición de “diplomático”, pero el Estado debería demandar al Vaticano, por una buena millonada en euros, para reparar los males acarreados por él y demás curas pederastas" plantea Almánzar.
POR ALEJANDRO ALMANZAR
NUEVA YORK.- La Iglesia ha cometido atrocidades, que vulneran sentimientos, condiciones y derechos de personas, incluyendo a quienes forman parte de la misma. Por eso, los escándalos que la vienen sacudiendo, son los frutos del Celibato, impuesto en el año 306.
De ahí las acciones del nuncio apostólico, Jósef Wesolowski y otros curas pederastas. El Celibato es un instrumento eclesial, que constriñe la conciencia de seres humanos, teniendo como propósito la dominación y ambiciones económicas.
Con este se proponían alcanzar la perfección sacerdotal, evitando que contrajeran matrimonios y tuvieran hijos que luego la Iglesia debía ayudarles a mantener, pero el plan era garantizar que los bienes heredados por sacerdotes quedaran bajo su poder.
Había sido practicado por el hinduismo antes de existir el cristianismo. Pero por los males que generaba en el catolicismo, los Seminarios tuvieron que aceptar la masturbación y hasta admitir la relación sexual entre hombres.
Pero claro, esto no es obra del azar, los hombres quedaran emocional y humanamente disminuidos, pero no saldrán embarazados, que es la mayor preocupación del Clero. Es una clara evidencia, de que esos escándalos provocados por curas de diferentes rangos, son parte de la frustración producida por el Celibato.
Estas aberraciones se limitaban a Monasterios y Seminarios, pero para desgracia de la humanidad, dicha inconducta ha tomado fuerza, llevando la peor parte inocentes, que golpeados por las necesidades, terminan ultrajados por las desviaciones eclesiales.
Estos se aprovechan de su condición de hambrientos y desamparados, como si en vidas pasadas ellos hubiesen sido los promotores de tan degradante disposición. Los curas no son culpables, en cambio, son víctimas de un sistema inhumano, impuesto por el Clero por conveniencias.
Aquellos que en pleno siglo XXI, siguen entendiendo “una persona casada no puede ser perfecta” y viendo a la mujer como ser pecaminoso, pero las violan y prostituyen cada vez que se les antoja, a pesar de que ellas componen la mayoría entre su feligresía.
Cuando la Iglesia se convenza de sus errores, revisará sus métodos en los Seminarios, donde en base a insidia, se distorsiona la personalidad de hombres y mujeres. Si por el contrario, se conforma con el reiterado “Perdón” seguiremos teniendo enfermos sexuales con sotanas, por pipá.
Este nuncio pervertidor no puede ser juzgado en el país, por su condición de “diplomático”, pero el Estado debería demandar al Vaticano, por una buena millonada en euros, para reparar los males acarreados por él y demás curas pederastas.
Sigamos el ejemplo de las autoridades de New York, donde la Iglesia quedó en ruina, pagando demandas por los “malos pasos” de sus miembros, y ese dinero utilizarlo en  programas de terapias, que ayuden a las víctimas a superar el trauma, a comprender que nada ante Dios los disminuye.
 "Concilio de Elvira del año 306, España, Decreto 43: todo sacerdote que duerma con su esposa la noche antes de dar misa perderá su trabajo".
EL AUTOR ES PERIODISTA
RESIDE EN NEW YORK.

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