lunes, 25 de noviembre de 2013

DESDE MI VENTANA OPTICA :::: GOBIERNO NO DEBE OBRAR CONTRARIO A LA SENTENCIA 168/13

"No podemos aceptar de buena gana un diálogo para decidir nada contrario a esta Sentencia, sin violar la Ley de Leyes. El presidente debe cuidarse de los miembros de la llamada Sociedad Civil que tiene a su lado, sobre el tema haitiano" reitera Almánzar.

POR ALEJANDRO ALMANZAR
NEW YORK.- La Soberanía de la Nación dominicana, comoEstado libre e independiente de todo poder extranjero, es inviolable, (Artículo 3 de la Constitución). Por eso, los dominicanos no aceptaremos injerencias de naciones que trasgredan nuestra autoridad.
Somos signatarios de la no intervención en la determinación de los pueblos. En consecuencia, el gobierno no puede, ni debe obrar contrario a la Sentencia 168/13, para complacer intereses foráneos, y sólo debe apegarse al Artículo 18 de la Constitución.
No podemos aceptar de buena gana un dialogo para decidir nada contrario a esta Sentencia, sin violar la Ley de Leyes. El presidente debe cuidarse de los miembros de la llamada Sociedad Civil que tiene a su lado, sobre el tema haitiano.
Son parte de los grupos que juntos a la autoridad haitiana nos acusan y difaman en Foros Internacionales. Es cierto, la Isla es una sola e indivisible geográficamente, pero Cultura, Idioma y Religión nos separan como pueblos.
Hemos leído en algunos medios, y escuchado en otros, la posible visita de supuestos organismos de Derechos Humanos al país, para investigar asuntos inherentes a nuestra determinación como Estado independiente, libre y soberano.
Desde ya, los declaramos intrusos, y visitantes indeseables en la tierra de Los Trinitarios. Al gobierno haitiano debe avergonzarle que el mundo lo vea buscando obligarnos a asumir a sus nacionales como nuestros, reclamos que deben dirigir hacia las naciones culpables de su desdicha.
Los políticos haitianos acostumbran a apelar al sentimiento anti dominicano para hacerse ricos empobreciendo a su pueblo. Por eso advertimos a estos injerencistas, que no pierdan su tiempo, pues nuestras decisiones constitucionales son inapelables e irreversibles.
Si cometen la afrenta de pisar suelo dominicano sin invitarlos, serán recibidos como invasores, pisoteadores de Soberanía y tratados como mercenarios. Ojala con su imprudencia no despierten a los desencarnados que ofrendaron sus vidas por ese proyecto de nación.
Bajo ningún concepto la República Dominiana asumirá resposabilidades ajenas sobre el pueblo haitiano. Nuestra misión es ser solidarios, sin que eso implique que negociemos la Soberanía Nacional, por mas presión que ejerzan los enemigos, si las circunstancias lo demandan, cerraremos las Fronteras, sin importar la posición de enemigos internos y externos.
Nos caracterizamos por acoger a los visitantes, pero esto de ningún modo significa estemos dispuestos a permitir que ningún poder de la tierra, por grande y poderosos que sea, intervenga en nuestros asuntos internos.
Tampoco quiere decir, que prestamos la montura para que atrevidos se queden con la silla y el caballo. Su condición de pobreza no tenemos que asumirla sus vecinos. Ya les hemos reiterado los responsables de sus desgracias, por si lo olvidaban.

Sepan quienes intentan erigirse en jueces universales para imponernos normas, que los hijos de Duarte estamos claros sobre la inviolabilidad de nuestra Soberanía y el principio de la no intervención. Haití necesita esos recursos que piensan gastar yendo a nuestro país sin invitarlos, lo que nos obliga a declararlos intrusos aborrecibles.

EL AUTOR ES PERIODISTA.
RESIDE EN NEW YORK.

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