DESDE MI VENTANA OPTICA ::: UN APLAUSO COLECTIVO
"La posición del presidente, Medina, es la del país, y por eso lo hizo con la firmeza que demandaba la imprudencia del Tío Ralph, quien hizo el ridículo ante los presentes, obviando el protocolo y manejo de agendas en naciones civilizadas" dice Almanzar.
POR ALEJANDRO ALMANZAR
NEW YORK.- "Nuestra Patria ha de ser libre, independiente y soberana, o se hunde la Isla", bajo este predicamento, Duarte fundó la República Dominicana, y el presidente, Danilo Medina Sánchez, consciente de eso, elaboró una respuesta contundente a quienes desde afuera intentan trazarle pautas al país.
Su discurso en playa extranjera, defendiendo ese legado, fue recibido con un aplauso colectivo en cada rincón de la nación dominicana. Lamentamos, debiera hacerlo en un escenario que no era el indicado, aunque sí el más propicio, la II Asamblea de la CELAC, en la Habana, Cuba.
Pero fue que al primer ministro, de San Vicente y las Granadinas, no podía dejarse por loco y sin hacerle caso, como diría Tego Calderón. Sin romper la solemnidad de tan importante evento, era necesario llamarle a la atención, por su soberana insolencia contra el pueblo dominicano.
Con un lenguaje llano, nuestro presidente le hizo saber que República Dominicana respeta para ser respetada. Y ese mensaje debe llegarle a todo el que sueña con borrar del mapa el ideario de los Trinitarios, desconociendo que hace siglos dejamos de ser Colonia, que a sangre y fuego creamos una identidad propia.
La CELAC, tiene como misión unir a los pueblos miembros, y sabemos no se prestará a los planes macabros de ese espécimen humano. "Nunca me fue tan necesario como hoy, haber oído vibrar la voz de Duarte". Danilo sintonizó con su pueblo, poniendo a este intruso en puesto.
Ojala y le haya quedado bien claro el mensaje, la soberanía nacional nunca ha estado a merced de naciones grandes o diminuta como la suya, y como Estado soberano, toma decisiones acorde con sus intereses.
La posición del presidente, Medina, es la del país, y por eso lo hizo con la firmeza que demandaba la imprudencia del Tío Ralph, quien hizo el ridículo ante los presentes, obviando el protocolo y manejo de agendas en naciones civilizadas.
Por eso, el jefe de Estado no tenía más alternativa que hacerles esas aclaraciones, no a él, si no, a los países ahí reunidos, que pudieron creer las aviesas mentiras de este infausto personaje, utilizado para desprestigiar a nuestra nación.
Sus gobernados hoy lo mínimo que deben sentir es asco, por su ignominioso proceder en el extranjero, mientras el pueblo dominicano se siente cada vez mejor representado por su presidente, con su firme postura, y patriótica defensa de la soberanía.
La tutela del señor, Ralph Gonsalves a los haitianos no es sincera, de serlo, protestaría por las deportaciones masivas que hacen sus socios del CARICOM contra ellos, cuando logran llegar a sus territorios. Su vocinglería es para cumplir el rol de mandadero de quienes sueñan con una fusión imposible.
Con un discurso sin desperdicio, Danilo Medina le dejó saber que no somos súbditos de ninguna Corona, y que el heroísmo de nuestros prohombres está por encima de cualquier petulante, arrancando un aplauso colectivo de los ciudadanos.
EL AUTOR ES PERIODISTA.
RESIDE EN NEW YORK


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