lunes, 12 de mayo de 2014

DESDE MI VENTANA OPTICA :: ¡CUANTA SENSIBLERIA!

"Es ridículo, que la NBA suspenda al señor Donald Sterling, propietario de Los Ángeles Clippers, porque en una conversación privada, hiciera comentarios “racistas,” por la presión de gente que se autodiscriminan, haciendo del racismo su estandarte" enfatiza Almánzar.

POR ALEJANDRO ALMANZAR

NEW YORK.-  Muchos creen, que de su condición racial pueden hacerle un Monumento a la lástima, la conmiseración e indefensión, como si se tratara de una afrenta impuesta por la Naturaleza. De esto se aprovechan grupos, que en su supuesta defensa, los discriminan y convierten en seres inferiores, desafortunados y presos de sus propios complejos, empujándoles hacia la pobreza.

Los negros que han creído en su poder espiritual e intelectual, han calado tan alto o más, que cualquier blanco, conscientes de que el color no nos separa de Dios, ejemplo, Barack Obama, pero otros prefieren mostrarse quejumbrosos.

Es ridículo, que la NBA suspenda al señor Donald Sterling, propietario de Los Ángeles Clippers, porque en una conversación privada, hiciera comentarios “racistas,” por la presión de gente que se autodiscriminan, haciendo del racismo su estandarte.

Pero peor es, intentar obligarlo a vender su franquicia por esa simpleza. No es posible, que nos sintamos ultrajados por cualquier comentario sobre el color de nuestra piel. Tampoco, en defensa de supuestos derechos raciales, nadie puede violar derechos fundamentales a los demás.

Si yo dijera "no quiero gringos" en mi negocio, nadie saldría a protestar, pues los anglosajones no son negocio para esos grupos. Si en una plaza comercial dicen que no aceptan hispanos, eso no me da motivos para considerarme discriminado, pues existen miles de lugares, en los que soy bienvenido.

La “discriminación racial”, no puede, ni debe ser pretexto para pedir llevar a la horca a alguien que no prefiere ser parte de nuestro arco iris étnico, mucho menos, para perjudicar a un empresario dedicado al deporte, en beneficio de los jóvenes.

La indelicadeza de quien filtró esto a la opinión pública, no puede echar por el suelo años de sacrificio, para complacer a quienes se reniegan así mismos. Dejemos la idea de que nos discrimina la condición humana, y no nuestro proceder.

Una bachata y el merengue gustan mucho a los dominicanos, pero cuando salimos fuera, debemos tener presente, que no a todo el mundo le tiene que agradar dicha música. Para divertirnos con estos géneros, no tenemos derecho a molestar a los demás, que no entienden, ni asimilan su estridencia, y luego alegar discriminación.

El Vudú, será muy atractivo en Haití, pero al cruzar la frontera, los haitianos deben respetar el derecho de quienes vivimos del otro lado, que no digerimos esa actividad mágico-religiosa, y nadie será discriminado. Y si esto me convierte en RACISTA, me inscribo en el Club de Sterling.

Vivo por años, en Estados Unidos, y nunca me he sentido discriminado, y mi piel no es roja, ni blanca, soy una mezcla de raza, en la que no falta la de Martin Luther King, feliz con el traje que la Vida me distingue.


Lo que nos discrimina, es nuestro accionar conductual, y lo incivilizado como a veces nos comportamos. Mientras más sensibles a la discriminación, mejor negocio para quienes viven de los que se avergüenzan de su color.

EL AUTOR ES PERIODISTA
RESIDE EN NEW YORK.

0 comentarios:

Publicar un comentario