lunes, 30 de junio de 2014

DESDE MI VENTANA OPTICA ::::: EL MURO FRONTERIZO

"Con perdón del ministro de Las Fuerzas Armadas, almirante, Sigfrido Pared, el país no puede seguir dependiendo de un “muro humano”, cómplice de esa desenfrenada inmigración que busca robarse el sueño de Duarte, después que la política de control fronterizo ha fracasado" dice Almánzar.


POR ALEJANDRO ALMANZAR

NEW YORK, EE. UU.-  “El dominicano pone candado después que le roban”, eso lo evidencia haber tenido que comprobar la saña de Haití hacia el país, para comprender que nos manejamos inadecuadamente como nación.

Que competimos con los haitianos en desorden, quizás por eso, nunca como ahora, el sentimiento nacional se había volcado hacia una determinación concreta, que haga menos vulnerable a la República Dominicana.
Es de ahí, que la propuesta del novel diputado, de la FNP, Vinicio Castillo hijo, sobre la construcción del muro fronterizo, rápidamente cala en la sociedad, logrando más del 90% de aprobación.
Con perdón del ministro de Las Fuerzas Armadas, almirante, Sigfrido Pared, el país no puede seguir dependiendo de un “muro humano”, cómplice de esa desenfrenada inmigración que busca robarse el sueño de Duarte, después que la política de control fronterizo ha fracasado.
Lo que era castigo para un militar que enviaban a la frontera, ahora es un premio, debido a los contrabandos. Esa debilidad fronteriza pone en juego la seguridad de nacionales y extranjeros en el territorio nacional, pues en el vecino país operan bandas, que secuestran a plena luz del día, las que posiblemente estén operando en República Dominicana, como se evidenció con el secuestro de un jovencito en los Frailes II.
Este beneficiaría económicamente a Haití, porque los productos que entran desde aquí, pagarían impuestos, mientras nosotros preservamos la Soberanía Nacional, nuestros bosques y recursos naturales.
Es preocupante, que hasta la historia de la hispanidad, “historiadores” haitianos intenten quitarnos, cuando saben que a ellos lo único que les une a ésta, es la esclavitud que los trajo a esta parte del mundo.
Por eso inventan la “aparición” bajo aguas del Atlántico de la carabela La Santa María, cuando en su Manifiesto, Colón testifica que al esta encallar, la hizo desbaratar, construyendo el Fuerte de La Navidad con su madera, incendiado luego por los indios.
Postergar decisiones de Estados, resulta letal para las aspiraciones de un pueblo, su Soberanía e Independencia. Los Estados Unidos consciente de eso, ha sellado puntos críticos que le conectan con México, y eso nadie lo objeta.
No podemos seguir jugando con el tema haitiano, ni usarlo para campañas políticas. Hoy no hay condiciones para otro 1937, pero de continuar esta invasión inducida por malvados, las consecuencias serán peores.
La clase política debe ponerse de acuerdo en este delicado tema, y resguardar nuestros intereses, que son los de los Trinitarios. La construcción del muro no encontrará objeción alguna en la sociedad, consciente ya del peligro que nos asecha.
El gobierno debe volcarse hacia la frontera, e incentivar el retorno de aquellos que abandonaron sus predios, a quienes los haitianos, no sólo desplazaron de empleos, si no, de sus tierras, y dominicanizar la mano de obra en áreas productivas.

Para que los errores nos conduzcan hacia la rectificación, rompamos con el juego de quienes se enriquecen con la inmigración haitiana. La construcción del muro jamás significa segregación, más bien, “control”.

EL AUTOR ES PERIODISTA
RESIDE EN NEW YORK.

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