sábado, 28 de junio de 2014

DESDE MI VENTANA OPTICA :::: UN BALSAMO JUDICIAL

"El repudio colectivo debe seguir cobrando fuerza hacia estos desalmados que nos salpican con sus barbaries. La intimidación no puede asociarse a ellos para someter a hombres y mujeres de bien a sus caprichos tenebrosos" dice el autor.

POR ALEJANDRO ALMANZAR

NEW YORK, EE. UU.- Aunque fue necesario esperar cuatro largos años para resarcir a la familia Veras, después de vivir los rigores del crimen organizado, finalmente, los responsables de tan vil atentado fueron condenados.

Una nación ávida de justicia, herida por la alevosía de criminales que no conocen de convivencia pacífica, necesitaba este bálsamo judicial, para evitar que delincuentes al más alto nivel impongan la regla de juego.

Era tiempo de que el sicariato encontrara la respuesta de sus acciones, y jueces de Santiago hicieron su parte en tal sentido, enviando un mensaje contundente a quienes intentan sembrar el terror con sus actos sádicos.

Lo mismo deberá suceder en los casos de Nathasha Sing, y Suleika Flores, victimas de quienes creen que todavía pueden prevalerse de su posición económica y política para llevar dolor a los demás, sin recibir el debido castigo.

Por eso exhortamos a sus familiares no desmayar, a pesar de aquello “no se haga Moño señora”, jamás rendidos, aunque la componenda judicial haya  variado la medida de coerción al principal sospechoso del dolor causado.

Asumamos, que ese “representante” del Ministerio Público olvidó que su rol es defender las víctimas, nunca a victimarios, pero algún superior suyo se lo recordará, para la próxima.

Cuando el Poder asesinó a Orlando, su familia y los periodistas esperamos casi tres décadas para ver a sus asesinos tras las rejas, y el propósito se logró, aunque actores intelectuales andan libres aún.

Si a Adriano Román se le demostró que el poder económico y su accionar criminal no intimidan a la justicia, en la Zona Oriental, del Distrito Nacional, también aparecerán jueces comprometidos con la sociedad, dispuestos a proveerles un bálsamo judicial que cure sus heridas.

Negro Veras, y Jordi, esperaron cuatro años para ser recompensados, y con ustedes no será diferente, porque como saben, se trata de gente con mucho poder de persuasión. Pero esta nación seguirá demandando un bálsamo judicial que cure la sed de justicia, que resarza el dolor de los afligidos.

La convivencia de vileza y arreglo no prosperarán, contra ellos el pueblo se levantará más temprano que tarde. Con la sangre derramada por sus amados deudos, y las imborrables cicatrices de Jordi, construiremos un Estado seguro y respetable, como los Trinitarios lo soñaron.

El crimen organizado no logrará llevarse por entero la paz que con tanta sangre, lucha, dolor y sacrificio abonaron nuestros prohombres. Con esta Sentencia, el país ganó una batalla, pero no la guerra contra quienes apuestan a la vileza para humillarle.

El repudio colectivo debe seguir cobrando fuerza hacia estos desalmados que nos salpican con sus barbaries. La intimidación no puede asociarse a ellos para someter a hombres y mujeres de bien a sus caprichos tenebrosos.


Las familias Sing y Flores serán resarcidas también, y estos asesinos recibirán el peso de la Justicia por la muerte de Suleika y Nathasha. Exijamos cárceles de máxima seguridad, e instauración de cadena perpetua para ese tipo de criminales.

EL AUTOR ES PERIODISTA
RESIDE EN NEW YORK

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