CABA CREE QUE MUCHOS DE LOS COMUNICADORES SOCIALES NO APORTAN A LA FORMACION DEL PUEBLO
Caba quien es reputado profesor universitario y escritor, lamenta que comunicadores con aire de grandeza, emiten a travez de las ondas hertzianas incontables inmundicias verbales.
POR: DOMINGO CABA RAMOS
“Colocar al frente de un programa de radio o de televisión a un discapacitado lingüístico es como poner de inspector de semáforos a un daltónico…”
Pedro Luis Barcia
SANTIAGO.- La teoría pedagógica sitúa los medios de comunicación social, “mas media” o medios de información, como sería lo más aceptado denominarlos, dentro de los llamados poderes educativos, entendiéndose como tales, a todas aquellas instituciones u organismos que ejercen influencia educativa en el individuo.
Son, al decir de Francisco Larroyo, las “Agencias que más activamente influyen en la formación de las nuevas generaciones”.
Los demás poderes educativos son la escuela, la familia, la Iglesia y el Estado. A la luz de lo que es y ha sido la práctica cotidiana de los diferentes medios de información que operan en República Dominicana, valdría la pena preguntarse, ¿Cumplen los medios precitados con la noble misión de ejercer influjos positivos en las jóvenes generaciones de nuestro país?, ¿Educan realmente tales medios?
En otras palabras, la prensa, la radio, la televisión, etc., ¿Forman o deforman; fomentan ellos verdaderos valores, o, por el contrario, incentivan los contravalores en las frágiles mentes de nuestros niños y jóvenes? Todos estos cuestionamientos afloran casi de manera automática a mi pensamiento:
a) Cuando aprecio la débil presencia de programas educativos en la radio y la televisión.
b) Cuando percibo la elevadísima proporción de imágenes agresivas que se proyectan diariamente por nuestra pantalla chica.
c) Cuando leo en la prensa los calificativos peyorativos o epítetos martillantes, insultantes y denigrantes que suelen utilizar nuestros líderes políticos, religiosos y sindicales para combatir las ideas de sus oponentes.
d) Cuando en lugar del argumento razonado y fundamentado teóricamente, en el debate político se apela al insulto y a la ofensa de tipo personal.
e) Cuando observo o escucho aquellos programas de radio y televisión en los que la chercha insustancial y los comentarios insípidos, chabacanos o carentes de peso social constituyen sus principales soportes.
F) Cuando aprecio el bajo nivel académico que muestran la mayoría de los locutores que laboran en las estaciones de radio, muchos de los cuales, en lugar de hablar, más bien lo que hacen es vocear frente a un micrófono.
g) Cuando escucho a un locutor o productor de televisión emitir argumentos baladíes, baladronadas o blasonadas intrascendentes de inconfundible carácter pedantesco, carentes por completo de la más mínima importancia para el interés colectivo y bastante distorsionadores del comportamiento de la gran masa de tele-espectadores.
h) Cuando leo los reportes noticiosos plagados de errores ortográficos, sintácticos y semánticos.
i) Cuando escucho las vulgaridades , "malas palabras" y desastrosa pronunciación de muchos de los que se dedican a comentar las noticias del momento en programas de radio y televisión.
j) Cuando leo o escucho a muchos de nuestros cronistas de farándula en cuyos comentarios se hace más hincapié en la vida personal del artista que en el trabajo profesional por este realizado.
k.) En fin, cuando todas las mañanas escuchamos a un anciano comunicador, con ínfulas de "humano enciclopédico", emitir sus inmundicias verbales a través de un programa de radio.
Me pregunto, finalmente, si los medios de comunicación social de República Dominicana cumplen cabalmente con su papel educativo, cada vez que observo a muchas de las personas que a ellos tienen acceso, maltratar o irrespetar los más elementales principios de la lengua de Cervantes.
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