lunes, 30 de abril de 2012

LAS CREDENCIALES DEL EMBAJADOR DE BARBA BLANCA


POR DOMINGO CABA RAMOS


SANTIAGO.- Un día cualquiera el diplomático de barba blanca le presentó al presidente de España las credenciales que lo acreditaban como embajador dominicano en aquella nación europea.

Todos creíamos que como todo diplomático, nuestro flamante embajador desempeñaría sus funciones en la sede de la embajada asignada, y que muy escasamente se le vería en tierra dominicana. Todos nos equivocamos.

El embajador de barba blanca permanece más aquí que allá. Y muy especialmente en tiempos electorales. Su oficina de trabajo, más que en la tierra del flamenco, parece estar instalada en la empresa televisora Color Visión.

Más que representar al gobierno dominicano en España, su función parece estar destinada a alabar al presidente de turno, hacer campaña a favor del partido en el poder y atacar casi con sañas al principal partido de oposición, ya sea mediante artículos publicados en la prensa nacional o a través de un programa de “opinión” y promoción política que todas las mañanas trasmite por el referido canal.

Dicen que al embajador de barba blanca, para que realice la función que no realiza, el Estado Dominicano, que es lo mismo que decir todos los contribuyentes, le paga la suma de cincuenta mil euros mensuales, sin contar los beneficios marginales, esto es, más de dos millones y medio de pesos.

Caso único en el mundo, recibir un salario de tal magnitud como pago a una labor que no se ejerce. Pero no importa. El presidente de la República, Leonel Fernández, quiere que el embajador de barba blanca permanezca aquí: para que lo endiose, santifique las acciones del gobierno y ataque con rabia todo lo que le huela a PRD e Hipólito Mejía.

Por esa razón, elogiando primero para golpear después, con su rostro de persona “íntegra”, postura teatral y tono cuasi sacerdotal, podemos ver al embajador de barba blanca elogiando a unos, atacando a otros, defendiendo lo indefendible y justificando lo injustificable.

Si fuera otro quien así actuara, los hacedores de opinión pública no se callaran; pero tratándose del embajador de barba blanca, ni siquiera los más cuestionadores y contestatarios periodistas se atreven a criticar, porque le temen, la indecorosa práctica de recibir cada treinta días un salario millonario sin “dar un golpe”. Forma él, al parecer, parte de una legión de “dioses de la comunicación”, con Alvarito Arvelo a la cabeza, a los que no se les puede tocar “ni con el pétalo de una rosa”

Para mi tranquilidad esoeiritual, , no pierdo mi tiempo oyendo al embajador de barba blanca, como no lo pierdo igualmente viendo u oyendo todos aquellos programas de opinión que enarbolando una supuesta independencia política, más bien parecen voceros del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y del Partido Revolucionario Dominicano ( PRD).
El autor es profesor universitario.
Reside en Santiago de la Caballeros, Rep. Dom.

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