martes, 1 de enero de 2013

DESDE MI VENTANA OPTICA :: DANILO EL REDENTOR


En su fiera defensa a  Medina, Almanzár, sostiene que este presidente "está jugando su propio juego, desde el terreno, ejecutando una administración pública fundamentada en la transparencia, austero, decente, humilde, sin depender de la corte de vasallos y adulones que siempre acorralan al país y a sus gobernantes".
POR ALEJANDRO ALMANZAR
NUEVA YORK .- República Dominicana, como en muchos países, la política se ha degradando a su máxima expresión, haciendo que los ciudadanos pierdan la fe en el sistema de partidos, porque los dirigentes en campañas, ofrecen mucho y nada cumplen.

Esto comenzó a cambiar, cuando en Chile, Venezuela, Brasil, Ecuador, y ahora en la tierra de Duarte, han calado al poder, políticos con visión democrática y el concepto de repartir los bienes públicos de formas equitativas.

Danilo Medina, no sólo vino a redimir a los más pobres del país, si no, a rescatar un sistema de partidos, que mas descredito no soporta. En pocos días gobernando, demuestra, que en ese quehacer no todo está perdido.

El ex presidente, Fernández, llegó al poder, teniendo como referente al profesor, Juan Bosch, pero debido a los grupos de que se rodeó, no pudo ejecutar una obra similar a la de su maestro y guía.

Sin embargo, el hijo de Arroyo Cano, parece no sólo tener el librito de Bosch y Gaviño como Biblia abierta en su Despacho, si no, que lo ha reformado, y de seguir la trayectoria actual, todo indica que el alumno superará a su profesor.

Está jugando su propio juego, desde el terreno, ejecutando una administración pública fundamentada en la transparencia, austero, decente, humilde, sin depender de la corte de vasallos y adulones que siempre acorralan al país y a sus gobernantes.

La primera visita como jefe de Estado, fue a la Barquita, un empobrecido sector, enclavado en la margen del río Ozama, donde núnca había pisado una figura presidencial, ni siquiera en tiempos de elecciones.

De incógnitas, visita escuelas, hospitales y zonas productivas, donde escucha el clamor de los actores envueltos, y ordena soluciones. Allí se aparece acompañado de pocos funcionarios, y una reducida seguridad, sin aparataje de prensa.

Esto último, aunque no es de mi agrado, porque puede ser sorprendido en su buena fe, lo hace un dominicano fuera de serie. Su estilo particular de gobernar, atenta contra intereses perversos, que siempre han tenido al Estado como negocio.

Sabemos que esto puede irritar a esas serpientes, y pueden intentar rociar su mortífero veneno. Tenemos en Medina Sánchez, el antes y el después, la diferencia entre los que buscan el poder para servir, y los que lo persiguen para llenar su ego de ególatras.

Busca ser testigo presencial de las necesidades de su pueblo, para buscarle solución en las medidas de las circunstancias, el plan de alfabetización, pensión a 1028 obreros cañeros, es lo más evidente de cuánto aquí decimos.

Tanto su partido, como la oposición, deberían ayudarlo a llevar a feliz término su plan de gobierno, pues al igual que a los pobres, vino a redimir una actividad que había caído en el abismo del desprecio social, porque la gente perdió la fe en los políticos tradicionales.

 No os detengáis en el pasado, para que no viváis petrificados. 
El autor es periodista. 
Reside en Nueva York.


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