lunes, 13 de mayo de 2013

DESDE MI VENTANA OPTICA :: LA CULTURA DEL ABUSO


"Los medios de comunicación pueden ser utilizados para hacerles saber, que hay un Estado dispuesto a ir en su defensa, cuando sus derechos les sean violentados por estos desaprensivos" plantea Almánzar.
POR ALEJANDRO ALMANZAR
NUEVA YORK .- Es probable que sea la herencia dejada por los “descubridores” de América a la Quisqueya de Enriquillo o el Haití de Hatuey, en 1492, pues en base a eso se impusieron sobre esos nobles indígenas, hasta extinguirlos y adueñarse de todo, incluyendo sus mujeres y propiedades.
Desde entonces, la sociedad dominicana ha asumido la cultura del abuso como la vía de individuos colocarse por encima de la Ley y el orden legalmente establecido, para acometer contra todo y todos, sin recibir sanción.
También puede ser parte de la debilidad de nuestra Democracia, que a más de cincuenta años todavía no tiene fuerza suficiente para sancionar las malas acciones de quienes no se acogen a las reglas establecidas.
Es un vicio que se incuba en los hogares, los esposos abusan de las esposas, los hijos son abusados por los padres, y donde hermanos mayores atropellan a los menores. Bajo ese esquema arbitrario, pocos se acogen a las reglas del juego, abochornando a la sociedad con actos deleznables.
Y no puede ser de otra manera, en un país, donde las cárceles son para los descamisados, gente sin apellidos, aquellos que sus familiares no se enriquecieron con el Erario Público. Lo narrado en El Informe, con Alicia Ortega, sobre las andanzas del teniente coronel, Hanley Regalado y sus hijos, quizás sea la punta del iceberg.
Este señor, por lo que sostiene un joven entrevistado, parece haber creado en la Policía un imperio familiar, que lo convierte en intocable, y la opinión pública se entera de sus actos delincuenciales, porque fue sorprendido infraganti violando una niñita de once años, a la que mantenía bajo amenazas.
Denunció el afectado, al terror que lo sometieron los hijos de este oficial, y sólo fue posible llevarlos a los tribunales, cuando acudió a la Fiscalía, porque aunque hizo la denuncia en la Policía, nadie investigó nada, y las amenazas y agresiones aumentaron en su contra.
Llenas de esos abusadores están las instituciones castrenses, recordamos la época de Medina Abud, quien terminó en la cárcel luego de una vida de abusos y asesinatos contra humildes ciudadanos.
El gobierno y sus instituciones deben mantener orientados a los ciudadanos para que hagan mejor uso de la Democracia y los medios a sus alcances, para que nadie termine siendo víctimas de los abusos que cometen uniformados.
Los medios de comunicación pueden ser utilizados para hacerles saber, que hay un Estado dispuesto a ir en su defensa, cuando sus derechos les sean violentados por estos desaprensivos.
Aprovechar la Reforma policial, para ponerle fin al tráfico de influencia de oficiales que creen la Policía Nacional es su finca privada, y así acabar con la cultura del abuso en esa institución.
Militares y policías ven con repugnancia, cómo hijos de oficiales son enganchados y obtienen altos rangos sin pasar centro, y sin ninguna preparación académica, sólo por la influencia de sus padres.
EL AUTOR ES PERIODISTA
RESIDE EN NUEVA YORK

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