viernes, 29 de junio de 2012

EN SU DESPEDIDA CARDENAL VALORA CONDICIONES HUMANAS DE MONSENOR TOMAS ABREU HERRERA

A su entender, quien fue el primer obispo de la Línea Noroeste se convirtió en una plataforma y un maestro de maestros, que dictó cátedras en todo el ámbito de la teología y con ello respondía a los dictámenes de su conciencia profesional y mensajero de Dios en la tierra.

Por Marcelo Peralta

MAO, Valverde, R.D. Su Eminencia Reverendísima, Nicolás Cardenal- de Jesús López Rodríguez, resaltó aquí las cualidades y condiciones humanas, intelectuales, sociales, comunitarias y de servicios que adornaban al obispo emérito Jerónimo Tomás Abreu Herrera, fallecido este miércoles tras padecer por años de un cáncer pulmonar.

López Rodríguez en su homilía dijo que entre él y Abreu Herrera, ambos nativos de la provincia de La Vega Real, predominaba una amistad inquebrantable y quienes laboraron juntos en su ciudad natal.

“Tomás Abreu y yo éramos excelentes amigos y lo fuimos hasta el día de su muerte” dijo el religioso ante el cuerpo inerte expuesto en la Catedral Santa Cruz, cuyos actos religiosos sirvió el fenecido durante 28 años.

Fue el primer obispo que tuvo la Diócesis Mao- Montecrtisti y con incidencia en las provincias Santiago Rodríguez y Dajabón, donde Abreu Herrera se ganó el aprecio, el cariño, el respeto y la condición de miles de feligreses.

Recordó López Rodríguez que Abreu Herrera fue ordenado sacerdote en el año 1955, mientras él fue en el año 1961.

López Rodríguez dijo que él ostentó las funciones de obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís ubicado en la provincia Juan Pablo Duarte, y jurisdicción en las provincias Hermanas Mirabal, Juan Sánchez Ramírez, Santa Bárbara de Samaná y María Trinidad Sánchez.

Reiteró que la muerte del obispo emérito constituye para el pueblo dominicano una sensible pérdida, ya que Abreu Herrera un pastor que sabía hacer su trabajo y que con sus iniciativas creó el Instituto para el Desarrollo de la Línea Noroeste, cuyos frutos están plasmados en cada una de las provincias Valverde, Santiago Rodríguez, Dajabón y Montecristi.

El actual arzobispo de la Arquidiócesis de Santo Domingo, afirma que el obispo emérito fue un trabajo incansable, un humanista dedicado a estudiar, practicar sus funciones como religioso, era una de las voces más autorizadas y escuchadas que existía en la Línea Noroeste en reclamo de las soluciones de males que acogotaban a los pobladores de cada una de las zonas donde ejercía con autoridad su labor pastoral.

E indica que el mitrado fallecido se constituyó en un excelente maestro, trabajador y un apóstol de la enseñanza a beneficio de los residentes de las provincias Valverde, Santiago Rodríguez, Montecristi y Dajabón.

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