DESDE MI VENTANA OPTICA :::: NADAR CONTRA LA CORRIENTE
"No me imagino al doctor, Domínguez Brito, utilizando el cargo de procurador general de la República para promover sus aspiraciones políticas enlodando reputaciones. Pero lo que menos intento entender es, que enjuiciamientos de ex funcionarios incrimine al ex presidente, Fernández, como sostienen “amigos” suyos" pregona Almánzar.
POR ALEJANDRO ALMANZAR
NEW YORK, EE, UU.- Luchar contra la corrupción, en un país como el nuestro, es lo mismo que desafiar la corriente acuífera contrario a su cauce. El procurador, Domínguez Brito, y la magistrada, Yeni Berenice, pueden terminar ahogados por esa nauseabunda corriente.
Y es que cuenta con padrinos poderosos, incluyendo periodistas, que en base a su existencia han acumulado poder económico, y “prestancia social”. Bendecida por una claque política, que gracias a ella vive sin dar un golpe, ni de karate.
Franqueada por empresarios, que valiéndose de la misma han construido monopolios, operando a sus anchas, evadiendo al Fisco mediante artimañas, y recibiendo exonerado todo cuanto se les antoja.
Me niego a acusar a ex funcionarios, pues hacerlo sin evidencias resulta politiquero, y prefiero dejarle esa misión a quienes viven de la política y al Ministerio Público, que sí, deben tener certezas suficientes sobre el particular.
No me imagino al doctor, Domínguez Brito, utilizando el cargo de procurador general de la República para promover sus aspiraciones políticas enlodando reputaciones. Pero lo que menos intento entender es, que enjuiciamientos de ex funcionarios incrimine al ex presidente, Fernández, como sostienen “amigos” suyos.
Quizás sea muy ingenuo yo, por entender que el más interesado en que aclaren su situación sería Leonel, como él mismo lo hizo, poniéndose a disposición de la justicia cuando se le cuestionó en el 2000.
Sabe que ponerse de su lado incondicionalmente, le representará una carga muy pesada, que puede poner trabas a sus pretensiones de regresar al poder. También sabe, que la amistad como el amor, tiene límites.
Si los funcionarios que señala la justicia tienen sus cuentas claras, no deben más que ponerse a disposición de las autoridades, demostrar su inocencia, y tanto Leonel como el PLD saldrán fortalecidos.
Quizás la cómoda posición del PLD en el electorado, lo lleva a obviar estos aspectos, en que dos de sus principales dirigentes son seriamente cuestionados, y el CP no decide apartarlos de dichas funciones, algo que Bosch no hubiese pensado dos veces, mientras aclaran su situación.
Y con esa decisión, no estaría la cúpula morada juzgándolos, si no, sobre guardando al Partido y sus autoridades. Parafraseando a Balaguer, la corrupción es un altar movedizo, que muchos no quieren sea tocado, evitando la caída abrupta de los “santos”.
Tecla, que al tocarla, puede hundir a quienes con caras muy duras se presentan como “honorables”. Salgamos en defensa de estos funcionarios, que por su limpio accionar están echando el pleito, en busca de adecentar la función pública.
No aceptemos que comprometidos con la corrupción usen sus medios para descalificarlos, pues esto no puede verse como algo personal, si no, un reclamo nacional diciendo “basta ya” a la impunidad.
Permitir que los de dudosa reputación lo enloden todo, sucumbiremos. Es el gran plan, hacerlos fracasar en la lucha contra la corrupción para continuar cebándose del país. Es preferible morir de pies, antes que arrodillados por la corrupción y sus mentores.
EL AUTOR ES PERIODISTA.
RESIDE EN NEW YORK.
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