martes, 15 de julio de 2014

DESDE MI VENTANA OPTICA :::::: CAAMAñO EN SU LABERINTO

"Oficiales militares aseguran, que su fama de militar mano dura en los cuarteles, obligó al guerrillero a unirse con los civiles, siendo una de las causas por la que no le perdonaron la vida, cuando cayó en poder de sus hermanos de armas en la montaña" sostiene el autor.

POR ALEANDRO ALMANZAR


NEW YORK, EE. UU. - Aunque parafraseo al Gabo, en su novela, El general en su laberinto, de eso no se trata. Es sobre el oleaje de cuestionamientos groseros, a ciudadanos, que equivocados o no, murieron defendiendo un ideario.

No nos cansaremos de repetir, que todo aquel que asume posiciones verticales, queda expuesto al vilipendio de quienes se conforman con el ver hacer y dejar pasar. Por ejemplo, a Fidel Castro, han querido empequeñecerlo, quienes nunca han conocido la grandeza.

Y no extraña, que desertores de la guerrilla de Caamaño, intenten destapar un tanque de inmundicia, para arrojarla sobre su memoria. No será su intención, pero parece un plan concebido, para evitar que las actuales generaciones conozcan la verdad de nuestra historia y sus prohombres.  

Caamaño genera controversia, pues aunque convertido en emblemático soldado después de 1965, hasta ese momento sólo se conocía como militar represivo, e hijo de un compromisario de la tiranía trujillista.

Formado militarmente en esa época, por eso, no es casual que civiles abominaran su carácter de hombre estricto. A diferencia de Fernández Domínguez, Caamaño buscó apoyo en los civiles, porque en los cuarteles no fue tan apreciado.

Pero los civiles tuvieron sus reservas hacia él, porque cargaba a cuesta el ametrallamiento de la UASD y Palma Sola, o sea, la izquierda y Caamaño serían agua y aceite, ellos, formados ideológicamente, él, bajo la recia disciplina militar.

Estos fenómenos constituían una separación, aunque coincidiendo en un objetivo. Es alto conocido, que en la revuelta del 1965, su lucha por la democracia y la Constitución, no fue asimilada por esa izquierda, que se negó a participar en el conflicto armado, sindicándolo como agente de la CIA.

Era imposible una alianza del coronel de Abril y esos sectores, y sólo por incoherencia, grupos de izquierda todavía lo exhiben como bandera de su ideal, después de rechazarlo, y descalificarlo con vehemencia, durante la “Revolución”.

Caracoles: Un cuadro del MPD, en Los Mina, nos narró en el 1977, cuando acusaban a Peña, Bosch, y Los Palmeros de traicionar a Caamaño, que todo eso era tontería, porque la guerrilla fracasó antes de embarcarse.

“Caamaño fue un loco, él sabía el fuego cruzado que tenía con gente de su entorno, que serían los primeros en llevarlo al fracaso”, dijo. Insistimos para que aclarara el tema, pero no quiso, llevándose a la tumba como secreto bien guardado lo que conocía al respecto, pues Balaguer lo mató, en 1978.

Oficiales militares aseguran, que su fama de militar mano dura en los cuarteles, obligó al guerrillero a unirse con los civiles, siendo una de las causas por la que no le perdonaron la vida, cuando cayó en poder de sus hermanos de armas en la montaña.


"Por más que entrenen civiles en guerra de guerrilla, serán superados por miembros del ejército, adquieren manejos de armas, pero sin las técnicas militares, incluyendo el carácter de mando y disciplina", así fue como Caamaño se envolvió en su laberinto.


EL AUTOR ES PERIODISTA.
RESIDE EN NEW YORK.

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